viernes, 12 de enero de 2018

Nosotros (por Sergio Sclovich)


por Sergio Sclovich

Suele haber en diferentes culturas algún término que denota lo desconocido y que a su vez hace referencia a algún tipo de divinidad. Algunos usan el término Tao, otros Universo. En la cultura Judeo/cristiana utilizan varios nombres pero el más común es Dios. A fin de mantener el respeto a la idea de no usar el nombre en vano en adelante me voy a referir a Él, salvo se cite.

Desde la primera vez que leí la frase de Aldous Huxley: “Danos hoy nuestra Fe cotidiana, más líbranos, querido Dios, de la creencia”[1] nunca la olvidé y cada ve que me la repito me fascina más. Y es esta frase la que resume la idea donde mi pasión por la ciencia y mi admiración por el universo (como me gusta llamarlo) pueden coexistir.

¿Se puede hacer ciencia creyendo en Él? Definitivamente no. El método científico nos propone no presuponer nada, mantener una mente abierta y basar nuestras conclusiones en los resultados de experimentos y observaciones.

¿Se puede tener Fe creyendo en Él? Definitivamente no. La fe requiere de ese avanzar sobre lo desconocido que Él denota. Cualquier creencia no es más que una ilusión, una construcción en nuestra mente de, por ejemplo, el futuro.

¿Se puede hacer ciencia con Fe en Él? Ambas nociones, hacer ciencia y tener Fe, nos protegen de la creencia. Alrededor de lo poco que se puede concluir a partir de resultados, según indica el método científico, hay un sin fin de desconocimiento y este método funciona en esa realidad. En ningún momento una contradice a la otra. Seguir el método científico es como avanzar sobre un camino a oscuras con una lámpara, cada paso que damos es dentro de lo que la lámpara nos ilumina. Es un paso relativamente seguro pero nada sabemos del próximo, hasta que avanzamos y vemos un poco mas. De hecho tampoco vemos hacia atrás, sólo nos queda el recuerdo de donde pasamos. De algún modo, con el método científico, avanzamos con una especie de Fe en que vamos a seguir pudiendo avanzar, o no.

Él y yo existimos en la realidad que vivo cada día, ¿creo que es verdad? No, no creo, ambos métodos que elijo me protegen de la creencia. ¿La falta de una respuesta a esta pregunta me impide usar el método científico? No.

Nosotros ¿existimos? La mera idea de estar preguntándomelo me responde de mi existencia ¿y de la de Él? Tal vez, la mera ignorancia de esta respuesta es el primer indicio de la existencia de lo desconocido, que es Él.

Volviendo a la pregunta ¿Se puede hacer ciencia con Fe en Él? Tengo Fe que sí. Por eso cada vez que recuerdo, rezo el rezo de San Huxley y procuro seguir el método científico al pie de la letra y según se indica en la cita en las letras al pie.

* Dr. en Biología.-Universidad de Buenos Aires. Practicante Zen

[1] La Isla, Aldous Huxley editorial sudamericana, 1998. Barcelona, España. Traducción:Floreal Mazía

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