sábado, 15 de julio de 2017

Sobre distinciones vitales para el buen vivir...


"De lo existente unas cosas dependen de nosotros (es nuestra parte libre) y otras no (es nuestra parte no libre). Dependen de nosotros, por ejemplo, nuestro juicio, el deseo y el rechazo. No dependen la salud, la riqueza, la reputación, el poder. Sufriremos inútilmente si tomamos por libre lo que es esclavo. Si sabemos diferenciar, nadie nos estorbará, no haremos reproches, no tendremos enemigos. La libertad y el bienestar se relacionan con lo que depende de nosotros. Es necesario poner a prueba cada problema y preguntarse: ¿depende de mí? Seremos desdichados si rechazamos lo que no depende de nosotros. Incluso cuando nos atraiga algo, preguntémonos si depende de nosotros. Conviene empezar por lo pequeño. Si te gusta una olla di: "Me gusta esa olla", pero no te perturbes cuando se rompa. Si besas a tu hijo o a tu mujer, sé consciente de que besas a un ser humano y no te perturbes cuando mueran. Los hombres se ven perturbados no por las cosas sino por las opiniones sobre las cosas. Como la muerte, que no es nada terrible- pues entonces se lo habría parecido a Sócrates -sino la opinión sobre la muerte. Así que cuando nos entristezcamos, no echemos nunca la culpa a otro sino a nosotros mismos, es decir, a nuestras opiniones. No reclamemos a los otros por lo que nosotros mismos hemos hecho mal, el reclamarse a sí mismo es propio del que ha empezado a educarse. No pretendas que los sucesos ocurran como quieres, sino quiere los sucesos como sucedan y vivirás sereno. No digas nunca respecto a nada "lo perdí" sino "lo devolví" (porque no te pertenecía, no era una extensión de ti mismo). ¿Murió tu hijo? Ha sido devuelto. ¿Perdiste tus riquezas? Han sido devueltas. "Pero el que me las quitó era un malvado" ¿A ti qué te importa por qué medio te lo reclama el que te lo dio? Mientras te lo da ocúpate de aquello como cosa ajena, como se ocupan de la posada los que van de paso". 

Epicteto, Manual de vida

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