viernes, 5 de agosto de 2016

Pan Gu, el primer hombre



En un principio el universo era un huevo que se partió en dos: en la parte superior quedó la clara, que se convirtió en el cielo, y en la parte inferior quedó la yema, más densa, que se transformó en la tierra. El cielo se llamó Yang y la tierra Yin; de aquí viene la oposición yin/yang. Pan Gu, el primer hombre, brotó también del huevo quebrado; el pueblo dice que fue el hijo de Yin y Yang.

Todos los días Pan Gu crecía unos tres metros. A medida que crecía, iba separando la tierra del cielo, de manera que el cielo crecía tres metros hacia arriba y la tierra engrosaba tres metros cada día. A los 18.000 años la tierra y el cielo quedaron en su sitio y Pan Gu murió.

Su cuerpo se dividió en muchos fragmentos, que se convirtieron todos en partes del mundo. El ojo derecho fue la Luna y el izquierdo el Sol. La sangre se convirtió en ríos y montañas, los cabellos en bosques, el sudor en lluvia, la respiración en viento y la voz en trueno. Del resto del cuerpo salieron rocas, ríos, plantas y montañas. Hasta las pulgas de su cuerpo se transformaron, convirtiéndose en los seres humanos.

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