sábado, 11 de junio de 2016

Li Po: tres poemas

                                                        Li Po (701-762), pintura de Liang K´ai


Poeta taoísta de la dinastía T´ang, enamorado de la luna y del buen vino, la figura de Li Po es una de las más queridas de la literatura china taoísta.
Si tenemos que creerle a sus contemporáneos, era orgulloso, vividor, cínico y alegre; tenía los ojos brillantes como los de un "inmortal desterrado" y su voz era la de un "tigre hambriento".
Los temas de su obra son la fugacidad, simbolizada por las ruinas desiertas, donde antes hubo palacios y reyes, o las mutaciones de la naturaleza inexorable, vistas con exaltación cuando evocan el Tao, o con melancolía cuando recuerdan el paso del tiempo y la vejez. Los paisajes que describe, son siempre de montaña, lugar por excelencia para la búsqueda del Tao. A veces, también, surge el mar, como inmensidad en la que viven los inmortales taoístas.

Murió a los 61 años, y sobre su muerte, hay un relato que ya es leyenda: paseando en barco un día de borrachera, quiso alcanzar el reflejo de la luna sobre la superficie del lago, y murió ahogado.

De su inspiradora obra, compartimos aquí tres de sus poemas, de profunda densidad y elevación mística y, al mismo tiempo, de apasionada lujuria de vivir.

Inscrito en el templo de la cima (Ti Feng Ding Si)

Paso la noche en el templo de la cima
Alzando la mano, alcanzo las estrellas
Pero no me atrevo a alzar la voz
Por temor a molestar a las gentes del cielo.

En la montaña, bebiendo con un ermitaño (Shan Zhong Yu You Ren Dui Zhuo)

Bebemos juntos, las flores de la montaña se abren

Un vaso, un vaso y otro más
Estoy borracho, quiero dormir, mejor será que te vayas
Mañana al alba, si quieres, vuelve con tu laúd.

Bebiendo solo bajo la luna (Yue Xia Du Zhuo)

Entre flores, mi jarra de vino

Bebo solo, sin amigo
Alzo la copa e invito a la luna
Con mi sombra, ya somos tres
Mas la luna no sabe beber
Y mi sombra me sigue en vano
Compañeras de un instante
Es preciso divertirse antes de que pase la primavera
Canto y la luna se columpia
Bailo y mi sombra también
Antes de caer borracho, divirtámonos juntos
Cada uno se dispersará despúes
Seréis, sin alma, eternas amigas
Y un tiempo llegará en que, en la lejana Vía Láctea, nos
volvamos a encontrar.




Texto introductorio: Juan Manuel Otero Barrigón


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